Un tipo de defecto común en el grafeno es el defecto de Stone-Wales. Este defecto ocurre cuando dos átomos de carbono en una lámina de grafeno giran 90 grados entre sí. Los defectos de Stone-Wales se pueden crear mediante diversos medios, incluidos estrés mecánico, recocido térmico y grabado químico.
En un nuevo estudio, investigadores de la Universidad de California en Berkeley han demostrado que los defectos de Stone-Wales pueden ser beneficiosos en algunos casos. Al controlar cuidadosamente el tipo y la densidad de los defectos de Stone-Wales, los investigadores pudieron diseñar láminas de grafeno con conductividad eléctrica y térmica mejorada.
Los investigadores utilizaron simulaciones por computadora para estudiar los efectos de los defectos de Stone-Wales en el grafeno. Descubrieron que los defectos pueden crear nuevos estados electrónicos en la lámina de grafeno, lo que puede mejorar su conductividad. Además, los defectos también pueden actuar como centros de dispersión de fonones, que son vibraciones portadoras de calor. Esto puede conducir a una mejor conductividad térmica.
Los investigadores creen que sus hallazgos podrían utilizarse para diseñar materiales basados en grafeno con propiedades mejoradas para una variedad de aplicaciones, como dispositivos electrónicos y sistemas de gestión térmica.
"Hemos demostrado que los defectos de Stone-Wales pueden ser realmente beneficiosos para el grafeno", dijo el autor principal del estudio, el Dr. Ruoxue Yan. "Al controlar cuidadosamente el tipo y la densidad de estos defectos, podemos diseñar láminas de grafeno con conductividad eléctrica y térmica mejorada".
El estudio fue publicado en la revista Nature Communications.