Cuando se coloca una gota de líquido sobre una superficie, se extenderá y mojará la superficie. La forma de la gota estará determinada por el equilibrio entre la tensión superficial del líquido y las fuerzas adhesivas entre el líquido y la superficie. Si la superficie es lisa y uniforme, la gota se extenderá formando un círculo plano. Sin embargo, si la superficie es rugosa o texturizada, la gota quedará fijada a la superficie en ciertos puntos y adoptará una forma más irregular.
El modelo del equipo tiene en cuenta el efecto de la rugosidad de la superficie sobre el crecimiento de las gotas. El modelo predice que la gota crecerá más rápido en áreas donde la superficie es más rugosa y más lento en áreas donde la superficie es más lisa. Esto se debe a que la rugosidad de la superficie proporciona más sitios de nucleación para que el líquido se condense, lo que conduce a un crecimiento más rápido de las gotas.
El modelo del equipo podría usarse para diseñar superficies que controlen el crecimiento y la forma de las gotas. Por ejemplo, una superficie podría tener una textura con un patrón de pequeños pilares que provocarían que las gotas crecieran hasta adoptar una forma específica. Esto podría usarse para crear superficies autolimpiantes que repelan las gotas de agua o para crear dispositivos de microfluidos que controlen el flujo de líquidos.
Los hallazgos del equipo se publican en la revista Physical Review Letters.