Ingestión: Los microplásticos pueden ingresar al cuerpo humano mediante la ingestión, principalmente a través del agua potable o el consumo de mariscos. Sin embargo, la cantidad y el tipo de microplásticos ingeridos y sus posibles efectos aún son inciertos.
Inhalación: Los microplásticos se pueden inhalar, especialmente en entornos con altos niveles de partículas de microplásticos en el aire (como cerca de áreas industriales o de mucho tráfico). Aún se están estudiando los efectos de los microplásticos inhalados sobre la salud respiratoria.
Contacto con la piel: Los microplásticos presentes en cosméticos, productos de cuidado personal o determinados textiles pueden entrar en contacto con la piel humana. Su impacto en la salud de la piel aún no se ha dilucidado por completo.
Riesgos potenciales: Algunos riesgos potenciales asociados con los microplásticos incluyen:
1. Daño tisular: Los microplásticos pueden causar daños físicos a los tejidos debido a sus bordes afilados o su naturaleza abrasiva.
2. Toxicidad química: Los microplásticos pueden absorber o adsorber diversos productos químicos, incluidos metales pesados y sustancias tóxicas, que pueden ser perjudiciales si se ingieren.
3. Respuesta inmune: Algunos estudios sugieren que los microplásticos pueden desencadenar respuestas inflamatorias y afectar el sistema inmunológico.
4. Alteración hormonal: Ciertas sustancias químicas asociadas con los microplásticos pueden tener efectos disruptores endocrinos, influyendo en el equilibrio hormonal del cuerpo y potencialmente afectando la salud reproductiva o el desarrollo fetal.
5. Vector de patógenos: Los microplásticos pueden actuar como portadores o vectores de microorganismos, bacterias o virus que causan enfermedades.
Es importante señalar que se necesita más investigación para establecer la relación entre la exposición a microplásticos y efectos adversos específicos para la salud. También cabe mencionar que la mayoría de los microplásticos consumidos se excretan del organismo sin causar ningún daño.
Los organismos reguladores y las instituciones científicas evalúan continuamente los riesgos asociados con los microplásticos, emiten directrices y realizan más estudios para comprender los posibles impactos a largo plazo. Mientras tanto, se están realizando esfuerzos para mitigar la presencia ambiental de microplásticos mediante una mejor gestión de residuos, la reducción de la contaminación plástica y una mayor concienciación.