Los nanotubos son estructuras diminutas y cilíndricas hechas de átomos de carbono. Son tan pequeños que sólo pueden verse con un microscopio electrónico. Los microscopios electrónicos utilizan un haz de electrones para crear una imagen de un objeto. Los electrones rebotan en la superficie del objeto y crean una sombra. Luego, la sombra se magnifica y se ve en una pantalla.
Cuando un haz de electrones incide en un nanotubo, los electrones se dispersan en todas direcciones. Esto se debe a que los átomos de carbono del nanotubo están dispuestos en un patrón hexagonal y los electrones rebotan en los átomos como si estuvieran golpeando un trampolín. Los electrones dispersos crean un halo alrededor del nanotubo. El halo es lo que hace que el nanotubo sea visible en el microscopio electrónico.
El tamaño del halo depende del diámetro del nanotubo. Cuanto mayor es el diámetro del nanotubo, mayor es el halo. Esto se debe a que los electrones tienen más espacio para dispersarse cuando chocan contra un nanotubo más grande.
Los microscopios electrónicos se pueden utilizar para obtener imágenes de nanotubos en dos y tres dimensiones. Se crean imágenes bidimensionales escaneando el haz de electrones a través de la superficie del nanotubo. Las imágenes tridimensionales se crean tomando una serie de imágenes bidimensionales en diferentes ángulos.
La microscopía electrónica es una herramienta poderosa para estudiar nanotubos. Puede utilizarse para determinar el tamaño, la forma y la estructura de los nanotubos. La microscopía electrónica también se puede utilizar para estudiar las propiedades de los nanotubos, como su conductividad eléctrica y térmica.