China ha intensificado sus esfuerzos para construir su industria de chips para garantizar que sus corporaciones nacionales no dependan de empresas internacionales como TSMC de Taiwán en medio de problemas en la cadena de suministro y tensiones políticas intensificadas. En este contexto, se prevé que las entidades chinas que buscan adquisiciones para volverse autosuficientes impulsen aún más dichas adquisiciones.
Adquisiciones como ésta, impulsadas por la creciente importancia de los microchips y las ambiciones de China de fortalecer su sector tecnológico, pueden influir en la geopolítica y las tendencias de la industria en general. A medida que las organizaciones tecnológicas chinas atacan agresivamente a entidades extranjeras con capacidades prometedoras de fabricación de chips, las corporaciones globales en campos relacionados pueden reconsiderar sus posiciones y planes de inversión con respecto a China.