Los POM tienen varias características que los hacen atractivos para este propósito. En primer lugar, son altamente solubles en agua, lo cual es esencial para su uso en sistemas biológicos. En segundo lugar, son relativamente no tóxicos, lo cual es importante para cualquier posible aplicación terapéutica. En tercer lugar, los POM se pueden funcionalizar fácilmente con varios ligandos para mejorar sus propiedades de focalización y administración.
Una de las aplicaciones más prometedoras de los POM como transportadores de fármacos es el tratamiento del cáncer. Las células cancerosas a menudo se caracterizan por su rápido crecimiento y alta actividad metabólica, lo que las hace particularmente vulnerables a los efectos de los POM. Los POM se pueden utilizar para administrar una variedad de medicamentos a las células cancerosas, incluidos medicamentos de quimioterapia, sensibilizadores de radiación y agentes de terapia génica.
También se ha demostrado que los POM son eficaces en el tratamiento de otras enfermedades, como enfermedades infecciosas, trastornos neurodegenerativos y diabetes. Además, se ha investigado el uso de POM en el desarrollo de nuevos sistemas de administración de fármacos, como liposomas y nanopartículas.
En general, los POM son muy prometedores como transportadores de fármacos al interior de la célula. Sus propiedades únicas los hacen muy adecuados para este propósito y han demostrado eficacia en el tratamiento de una variedad de enfermedades. Se necesita más investigación para explorar plenamente el potencial de los POM en esta área.