En el último paso hacia la lucha contra la degeneración macular neovascular relacionada con la edad (DMAEn), un equipo dirigido por el profesor Nathan Gianneschi del Instituto Internacional de Nanotecnología de la Universidad Northwestern ha revelado un enfoque novedoso que podría transformar la vida de los pacientes en todo el mundo.
Su investigación, publicada en Science Advances , presenta polímeros similares a proteínas miméticas de trombospondina-1 (TSP1 PLP) como un posible punto de inflexión en la lucha contra esta principal causa de ceguera.
Antes de profundizar en la innovación de Gianneschi y su equipo, es fundamental comprender la gravedad de la nAMD. Esta afección es la causa principal de ceguera en los países desarrollados, y deja a millones de personas lidiando con un deterioro de la vista y una calidad de vida disminuida. Si bien son eficaces para muchos, los tratamientos actuales no son suficientes para una parte importante de los pacientes, lo que pone de relieve la necesidad urgente de terapias alternativas.
"Hace algunos años, nos informaron del hecho de que algunos pacientes no responden a las terapias actuales en conversaciones con los profesores Jeremy Lavine y Greg Schwartz en Oftalmología en Northwestern, Facultad de Medicina Feinberg. Formamos un equipo multidisciplinario para abordar el problema. imitando una proteína con nuestra tecnología de polímeros, que se supone que desempeña un papel clave en la vía necesaria", afirmó Gianneschi.
Gianneschi y sus colegas han inventado polímeros proteomiméticos, compuestos sintéticos diseñados para imitar el comportamiento de las proteínas naturales, como una posible solución. Su estudio se centra en la trombospondina-1 (TSP1), una proteína conocida por inhibir la angiogénesis y formar nuevos vasos sanguíneos. En la DMAE, la angiogénesis anormal contribuye a la pérdida de la visión. Al diseñar TSP1 PLP, los investigadores pretendieron aprovechar el poder de este agente antiangiogénico natural de una manera innovadora.
Su escala de tamaño nanométrico distingue a los PLP de TSP1, lo que los hace increíblemente eficientes para atacar procesos celulares específicos, muy parecido a un anticuerpo, pero creado por el hombre. Al unirse con CD36, un actor clave en la regulación de la angiogénesis, estos polímeros proteomiméticos interfieren con la formación anormal de vasos sanguíneos característica de la nAMD. Su diminuto tamaño les permite navegar por el intrincado entorno ocular.
"Nuestros polímeros actúan para activar el receptor clave de una manera multivalente. Esto es similar a cómo agarramos cosas con toda la mano en lugar de con un dedo. Significa que podemos agarrarnos fuerte. Los PLP hacen esto, pero en los receptores celulares en el fondo del ojo", afirmó Gianneschi.
Además, estas nanomaravillas demuestran una notable selectividad, estabilidad y longevidad dentro del ojo, lo que garantiza un efecto terapéutico sostenido. Sus dimensiones a nanoescala mejoran sus interacciones biológicas y allanan el camino para métodos de administración mínimamente invasivos, lo que promete una mayor comodidad y resultados para el paciente.
El trabajo de Gianneschi y su equipo destaca el potencial transformador de la nanotecnología en la medicina. Al aprovechar los principios de la nanociencia, los investigadores no sólo están desentrañando las complejidades de los sistemas biológicos sino también diseñando soluciones que alguna vez estuvieron relegadas al ámbito de la ciencia ficción. Los PLP TSP1 de Gianneschi representan un testimonio del notable progreso realizado en este campo y ofrecen una visión de un futuro en el que las innovaciones a nanoescala redefinen el panorama de los tratamientos médicos.
Más información: Wonmin Choi et al, Los polímeros proteomiméticos de trombospondina-1 exhiben actividad antiangiogénica en un modelo de ratón con degeneración macular neovascular relacionada con la edad, Science Advances (2023). DOI:10.1126/sciadv.adi8534
Información de la revista: Avances científicos
Proporcionado por la Universidad Northwestern