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En la última década, la nanomedicina ha contribuido a una mejor detección y tratamiento del cáncer. Las nanopartículas son cientos de veces más pequeñas que el grano de arena más pequeño y, por lo tanto, pueden viajar fácilmente por el torrente sanguíneo para llegar al tumor. Sin embargo, todavía son demasiado grandes para ser eliminados por los riñones. Dado que se necesitan varias dosis de nanopartículas para tratar un tumor, con el tiempo, las nanopartículas pueden acumularse en el riñón y causar daños irreversibles. En un estudio publicado en la revista científica Biomateriales , Los científicos de materiales de la Universidad de Friburgo dirigidos por el Prof.Dr. Prasad Shastri del Instituto de Química Macromolecular presentan ahora una solución natural a este problema:construyeron nanopartículas con polisacáridos de carbohidratos, lo que condujo a la excreción de las partículas.
En naturaleza, virus como el virus del herpes simple-1 y el citomegalovirus pueden atravesar el aparato de filtración renal a pesar de su gran tamaño en comparación con las nanopartículas. Shastri y su equipo identificaron que ambos virus presentan moléculas de azúcar en su superficie. Inspirado por esta observación, los científicos diseñaron nanopartículas que contienen polisacáridos.
Estos carbohidratos se encuentran con frecuencia en el entorno de los tejidos humanos. Usando una técnica de imágenes en tiempo real, que han establecido en su laboratorio, el equipo investigó en un modelo de ratón el destino de estas nanopartículas. Observaron que las nanopartículas enriquecidas con polisacáridos pasan fácilmente a través del riñón y se excretan con la orina pocas horas después de la administración intravenosa. El factor decisivo para los investigadores fue que las nanopartículas continuaron actuando según lo previsto y aún podían apuntar a los tumores.
"La capacidad de combinar la acumulación de tumores y la depuración renal en la misma nanopartícula representa un punto de inflexión para garantizar que las nanomedicinas se puedan administrar de forma segura," ", dice Shastri." Nuestro enfoque inspirado en la naturaleza nos permitió engañar al entorno renal para que dejaran pasar las nanopartículas, "agrega la Dra. Melika Sarem, quien fue coautora del estudio.