El ingrediente principal de la mayoría de las células solares es el silicio, que se encuentra comúnmente en la arena y el cuarzo. A menudo se las denomina "células solares de silicio" debido a su amplio uso. Sin embargo, también se pueden utilizar otros materiales como el telururo de cadmio, el arseniuro de galio y las perovskitas para fabricar células solares con distintos niveles de eficiencia.