Los asteroides son pequeños cuerpos rocosos que orbitan alrededor del Sol. Están compuestos de diversos materiales, incluidos silicatos, metales y hielo. Cuando los asteroides impactan la Luna, liberan sus sustancias volátiles, incluida el agua, al entorno lunar.
La evidencia del envío de agua de asteroides a la Luna proviene de varias fuentes. En primer lugar, los estudios de meteoritos lunares han demostrado que contienen agua. Estos meteoritos son fragmentos de la Luna que han sido expulsados al espacio por impactos y posteriormente han caído a la Tierra. La presencia de agua en los meteoritos lunares indica que hubo agua en la Luna en el pasado.
En segundo lugar, los datos de teledetección procedentes de naves espaciales que orbitan alrededor de la Luna han detectado hielo de agua en ambos polos lunares. El hielo se encuentra en cráteres permanentemente a la sombra, donde está protegido de la radiación solar. La presencia de hielo de agua en los polos lunares sugiere que fue llevado a la Luna por asteroides y cometas a lo largo del tiempo.
En tercer lugar, los experimentos de laboratorio han demostrado que los asteroides pueden liberar agua cuando se calientan. El calentamiento puede ocurrir cuando los asteroides impactan contra la Luna o cuando quedan expuestos a la radiación del Sol. Los experimentos muestran que los asteroides pueden liberar cantidades significativas de agua, lo que podría explicar el agua observada en la Luna.
En conclusión, la evidencia sugiere que los asteroides fueron la principal fuente de agua en la Luna. El agua fue llevada a la Luna por los impactos de asteroides a lo largo del tiempo. El hielo se encuentra en cráteres permanentemente sombreados en ambos polos lunares.