Imagine un sólido como un montón de pequeñas bolas (átomos) conectadas por resortes (enlaces). Cuando calienta un extremo del sólido, los átomos allí comienzan a vibrar más rápido. Estas vibraciones son como sacudir los resortes, lo que hace que los átomos cercanos vibren más rápido también. Este proceso continúa en la línea, transfiriendo la energía térmica de un átomo al siguiente sin que los átomos se muevan mucho. ¡Esa es la conducción en su forma más simple!