Los procesos irreversibles son procesos en los que hay un aumento neto de entropía. La entropía es una medida del desorden o aleatoriedad de un sistema. En procesos irreversibles, la entropía del sistema aumenta, lo que significa que la energía se transfiere de una forma más ordenada a una forma más desordenada. Este proceso no es reversible, lo que significa que no se puede revertir sin realizar trabajo adicional.
La segunda ley de la termodinámica establece que la entropía de un sistema cerrado siempre aumenta con el tiempo. Esta ley es aplicable tanto a procesos reversibles como irreversibles. En procesos reversibles, la entropía del sistema no cambia, mientras que en procesos irreversibles, la entropía del sistema aumenta.
Por tanto, la primera ley de la termodinámica no es aplicable a procesos irreversibles porque no tiene en cuenta el aumento de entropía que se produce en estos procesos.