El nivel de frecuencia de un sonido está determinado por la tasa de vibración de las ondas sonoras. Cuanto más rápido vibren las ondas, mayor será la frecuencia. Por el contrario, cuanto más lentamente vibren las ondas, menor será la frecuencia.
El oído humano puede oír sonidos con frecuencias entre aproximadamente 20 Hz y 20.000 Hz. Los sonidos por debajo de 20 Hz se consideran infrasonidos, mientras que los sonidos por encima de 20.000 Hz se consideran ultrasonidos.
El nivel de frecuencia de un sonido puede afectar cómo se percibe. Por ejemplo, los sonidos de alta frecuencia pueden percibirse como estridentes o penetrantes, mientras que los sonidos de baja frecuencia pueden percibirse como profundos o retumbantes.
El nivel de frecuencia de un sonido también se puede utilizar para determinar su longitud de onda. La longitud de onda de una onda sonora es la distancia entre dos picos o valles sucesivos de la onda. Cuanto mayor sea la longitud de onda, menor será la frecuencia. Por el contrario, cuanto más corta sea la longitud de onda, mayor será la frecuencia.