La polarización de la superficie crea un nuevo campo eléctrico entre el objeto cargado y la superficie. Este nuevo campo eléctrico se opone al campo eléctrico del objeto cargado, lo que reduce el campo eléctrico general en la región entre el objeto y la superficie.
La polarización de la superficie también hace que el objeto cargado experimente una fuerza de atracción hacia la superficie. Esto se debe a que las cargas opuestas del objeto y de la superficie se atraen entre sí. La intensidad de la fuerza de atracción depende de la cantidad de carga sobre el objeto y de la distancia entre el objeto y la superficie.
Si el objeto cargado se pone en contacto con la superficie eléctricamente neutra, las cargas de la superficie fluirán hacia el objeto, neutralizándolo. Esto se debe a que el objeto cargado tiene un potencial eléctrico más alto que la superficie, por lo que las cargas fluirán desde el objeto a la superficie hasta que tengan el mismo potencial.