Fue a través de experimentación y observación sistemática que científicos, como Alhazen y Galileo, determinaron que la luz normalmente viaja en línea recta. Varios fenómenos como la propagación rectilínea de la luz, la capacidad de formar sombras nítidas con límites bien definidos y la creación de trayectorias rectilíneas en instrumentos ópticos fueron pruebas cruciales que condujeron a la comprensión del movimiento rectilíneo de la luz.