Por tanto, los cambios en la fuerza normal pueden afectar indirectamente la magnitud de la fricción. Por ejemplo, si se coloca un objeto sobre una superficie inclinada, la fuerza normal ejercida sobre él será menor que si estuviera sobre una superficie horizontal. Esto hará que la fuerza de fricción también sea menor, lo que facilitará el movimiento del objeto cuesta arriba.
En resumen, si bien la gravedad no tiene un efecto directo sobre la fricción, puede influir indirectamente en la fricción al afectar la fuerza normal, que a su vez afecta la magnitud de la fricción.