Precisión: Sostener la pipeta verticalmente garantiza que el líquido se administre de manera precisa y precisa. Ayuda a mantener un caudal constante y evita goteos o salpicaduras, que pueden provocar errores de medición.
Consistencia: Mantener la pipeta en posición vertical permite lograr consistencia al dispensar el líquido. Cuando la pipeta se sostiene en ángulo, el caudal puede verse afectado, lo que genera resultados inconsistentes.
Desplazamiento de aire: Las pipetas funcionan según el principio de desplazamiento del aire. Cuando se presiona el émbolo de la pipeta, el aire se desplaza, creando un vacío que aspira el líquido hacia la punta de la pipeta. Sostener la pipeta verticalmente facilita este desplazamiento de aire y garantiza una transferencia de líquido eficiente.
Prevención de la contaminación: Sostener la pipeta verticalmente ayuda a evitar la contaminación del líquido que se dispensa. Al mantener la punta perpendicular a la superficie, se reduce el riesgo de tocar o entrar en contacto con el entorno circundante, minimizando las posibilidades de introducir contaminantes en la muestra.
Ergonomía: También resulta ventajoso desde el punto de vista ergonómico mantener la pipeta en posición vertical. Reduce la tensión en la muñeca y el brazo, especialmente al realizar tareas de pipeteo repetitivas. Mantener una postura adecuada y mantener la pipeta en posición vertical minimiza el riesgo de molestias o lesiones.
Estos factores contribuyen colectivamente a la precisión, consistencia y funcionamiento adecuado de la pipeta, lo que garantiza un manejo de líquidos confiable y preciso en experimentos y aplicaciones de laboratorio.