Además del daño directo que pueden causar, los rifles de asalto también pueden crear una gran cantidad de trauma psicológico. El sonido de los disparos y la visión de la sangre pueden ser extremadamente angustiosos y estas experiencias pueden permanecer con las personas por el resto de sus vidas.
La combinación de trauma físico y psicológico puede hacer que sea muy difícil recuperarse para las víctimas de tiroteos masivos. Es posible que algunos nunca puedan volver a su vida normal y muchos sufrirán problemas de salud mental a largo plazo, incluido el trastorno de estrés postraumático.
Es importante recordar que los rifles de asalto no están diseñados para la autodefensa. Están diseñados para una cosa:matar gente. No hay ninguna razón por la que estas armas deban estar a disposición de los civiles.
Tras el tiroteo en una escuela de Texas, debemos tener una conversación seria sobre el control de armas. Necesitamos tomar medidas para evitar que estas tragedias sin sentido vuelvan a ocurrir.