En los fluidos complejos, el movimiento de los electrones se ve obstaculizado por la presencia de obstáculos como moléculas e iones. Esto dificulta predecir cómo se comportarán los electrones en estos materiales. Sin embargo, el equipo de Cambridge ha desarrollado una nueva técnica que les permite seguir el movimiento de los electrones en fluidos complejos en tiempo real.
Esta técnica utiliza una combinación de microscopía óptica y espectroscopia. Los investigadores proyectan un rayo de luz sobre el fluido y luego usan un espectrómetro para medir la luz que dispersa el fluido. El patrón de dispersión de la luz proporciona información sobre el movimiento de los electrones en el fluido.
El equipo de Cambridge utilizó esta técnica para estudiar el movimiento de electrones en una variedad de fluidos complejos, incluidos agua, aceite y sangre. Descubrieron que el movimiento de los electrones en estos fluidos está influenciado por el tamaño y la forma de las moléculas y los iones presentes en el fluido.
Esta investigación tiene implicaciones importantes para el desarrollo de nuevas tecnologías como las células solares y las baterías. En las células solares, se necesitan electrones para pasar del semiconductor al electrodo metálico para generar electricidad. Al comprender cómo se mueven los electrones en fluidos complejos, los investigadores pueden diseñar células solares que sean más eficientes a la hora de convertir la luz solar en electricidad.
En las baterías, se necesitan electrones para pasar del electrodo positivo al electrodo negativo para almacenar energía. Al comprender cómo se mueven los electrones en fluidos complejos, los investigadores pueden diseñar baterías que sean más eficientes para almacenar y liberar energía.
La investigación del equipo de Cambridge supone un avance importante en la comprensión de cómo se mueven los electrones en fluidos complejos. Esta investigación tiene implicaciones importantes para el desarrollo de nuevas tecnologías como las células solares y las baterías.