La relación entre frecuencia y longitud de onda se puede expresar matemáticamente de la siguiente manera:
c =fλ
dónde:
c es la velocidad de la luz (aproximadamente 299.792.458 metros por segundo)
f es la frecuencia de la luz en hercios (Hz)
λ es la longitud de onda de la luz en metros (m)
Esta ecuación muestra que la velocidad de la luz es constante. A medida que aumenta la frecuencia de la luz, la longitud de onda debe disminuir para mantener una velocidad constante. Por el contrario, a medida que aumenta la longitud de onda, la frecuencia debe disminuir.
La relación entre frecuencia y longitud de onda es importante para comprender las propiedades de la luz y cómo interactúa con la materia. Por ejemplo, el color de la luz está determinado por su frecuencia. La luz roja tiene una frecuencia más baja que la luz azul, razón por la cual la luz roja tiene una longitud de onda más larga que la luz azul.
La relación entre frecuencia y longitud de onda también es importante para comprender el comportamiento de las ondas luminosas. Por ejemplo, cuando las ondas de luz pasan a través de una rendija estrecha, se difractan o se expanden. La cantidad de difracción depende de la longitud de onda de la luz. Las longitudes de onda más cortas difractan más que las longitudes de onda más largas.
La relación entre frecuencia y longitud de onda es una propiedad fundamental de la luz que tiene implicaciones importantes para comprender el comportamiento de la luz y cómo interactúa con la materia.