Los átomos pueden absorber y reemitir luz; este es un fenómeno cotidiano. Sin embargo, en la mayoría de los casos, un átomo emite una partícula de luz en todas las direcciones posibles; por lo tanto, recuperar este fotón es bastante difícil.
Un equipo de investigación de TU Wien en Viena (Austria) ha podido demostrar teóricamente que, utilizando una lente especial, se puede garantizar que un único fotón emitido por un átomo será reabsorbido por un segundo átomo. Sin embargo, este segundo átomo no solo absorbe el fotón, sino que lo devuelve directamente al primer átomo. De esa manera, los átomos se pasan el fotón entre sí con precisión milimétrica una y otra vez, como en el ping-pong.
"Si un átomo emite un fotón en algún lugar del espacio libre, la dirección de la emisión es completamente aleatoria. Esto hace prácticamente imposible que otro átomo distante vuelva a captar ese fotón", dice el profesor Stefan Rotter del Instituto de Física Teórica de la TU. Viena. "El fotón se propaga como una onda, por lo que nadie puede decir exactamente en qué dirección se mueve. Por lo tanto, es pura casualidad si la partícula de luz es reabsorbida por un segundo átomo o no."
La situación es diferente si el experimento no se lleva a cabo en un espacio libre sino en un ambiente cerrado. Algo muy similar se sabe de las llamadas galerías de susurros en acústica:si dos personas se colocan en una habitación elíptica exactamente en los puntos focales de la elipse, pueden escucharse perfectamente, incluso cuando sólo susurran en voz baja.