1. La atmósfera: El dióxido de carbono (CO2) es un componente importante de la atmósfera de la Tierra. Se libera a través de procesos naturales como erupciones volcánicas y respiración, y actividades humanas como la quema de combustibles fósiles. El CO2 es un gas de efecto invernadero, lo que significa que atrapa el calor en la atmósfera y contribuye al calentamiento global.
2. Los océanos: Los océanos son un fregadero de carbono masivo, absorbiendo una porción significativa del CO2 liberado en la atmósfera. Este carbono se puede disolver directamente en el agua, o se puede incorporar a organismos marinos como algas y mariscos. Con el tiempo, parte de este carbono se puede depositar en el fondo del océano como sedimento.
3. rocas y minerales: El carbono está encerrado en rocas sedimentarias, como piedra caliza y carbón. Estas rocas se formaron durante millones de años a partir de la acumulación de materia orgánica, como plantas muertas y animales, que fueron enterradas y sometidas a presión y calor. El carbono también se encuentra en minerales como diamantes y grafito.