La resistencia del aire es la fuerza que se opone al movimiento de un objeto a través del aire. Depende de la forma, el tamaño, la densidad y la velocidad del objeto. Cuanto mayor sea la resistencia del aire, más lento caerá el objeto.
Por ejemplo, una pluma tiene una gran superficie y una baja densidad, por lo que experimenta mucha resistencia del aire. Esto hace que caiga lentamente. Una roca, por otro lado, tiene una superficie pequeña y una densidad alta, por lo que experimenta menos resistencia del aire. Esto hace que caiga más rápido.
Dos objetos con la misma masa pero con diferentes formas experimentarán diferentes cantidades de resistencia del aire. El objeto con mayor superficie experimentará más resistencia del aire y, por lo tanto, caerá más lentamente.
En el vacío, donde no hay resistencia del aire, todos los objetos caerían a la misma velocidad independientemente de su masa. Esto se debe a que la única fuerza que actúa sobre los objetos es la gravedad, que es la misma para todos los objetos con masa.