La evolución está respaldada por una gran cantidad de evidencia científica, incluida la evidencia del registro fósil, la anatomía comparada y la genética. El creacionismo, por otro lado, no está respaldado por ninguna evidencia científica.
La evolución y el creacionismo son fundamentalmente incompatibles entre sí. La evolución explica la historia de la vida en la Tierra a través de procesos naturales, mientras que el creacionismo la explica a través de intervenciones sobrenaturales.