Sinatra, que lleva el nombre de Ol' Blue Eyes porque un gen mutado afectó la visión y la dejó "cantando el blues", ha permitido al biólogo comprender mejor cómo las moscas pueden distinguir entre ciertos pigmentos, particularmente cuando se trata de objetos azules y verdes, colores que otros insectos pueden simplemente parecerles azules
Utilizando la genética, el comportamiento, la electrofisiología y los modelos informáticos, fue posible investigar no sólo cómo Sinatra y las moscas de la fruta comunes percibían de manera diferente la visión del color, sino también aprender más sobre la percepción visual en los humanos al hacer inferencias paralelas sobre lo que también podría suceder dentro de nuestros cerebros durante desafíos de percepción similares. Esto ha llevado no solo a una mayor comprensión de la percepción del color entre estos organismos, sino que también puede ayudarnos a comprender nuestra propia percepción del color en un nivel más profundo.