Los pigmentos dentro de los rabdoms absorben luz de longitudes de onda específicas, lo que permite a los insectos distinguir entre diferentes colores. Las diferentes especies de insectos tienen diferentes tipos de pigmentos en sus rabdoms, lo que les confiere diferentes capacidades de visión del color. Por ejemplo, algunos insectos, como las abejas, pueden ver la luz ultravioleta, algo que los humanos no podemos ver.
La disposición de los omatidios en el ojo del insecto también afecta su visión del color. En la mayoría de los insectos, los omatidios están dispuestos en una red hexagonal, lo que crea una imagen en mosaico del mundo. Luego, el cerebro del insecto procesa esta imagen en mosaico para crear una percepción a todo color del entorno.
Los insectos utilizan la visión de los colores para diversos fines, como encontrar comida, evitar depredadores y encontrar pareja. Por ejemplo, muchos insectos se sienten atraídos por las flores de colores brillantes, lo que les ayuda a encontrar alimento. Algunos insectos también utilizan la visión de los colores para camuflarse de los depredadores mezclándose con su entorno.
La visión del color es un sentido importante para los insectos y juega un papel vital en su supervivencia y reproducción.