Introducción:
Los asentamientos informales, caracterizados por viviendas inadecuadas, saneamiento deficiente y acceso limitado a servicios básicos, albergan a una proporción significativa de la población mundial. Estas áreas suelen estar ubicadas en zonas de alto riesgo, lo que hace que sus habitantes sean particularmente susceptibles a los impactos del cambio climático. Este artículo arroja luz sobre los desafíos que enfrentan los mil millones de personas que residen en asentamientos informales y se ven afectados de manera desproporcionada por los peligros relacionados con el clima.
1. Mayor exposición a los desastres naturales:
Los asentamientos informales suelen estar situados en zonas propensas a inundaciones, pendientes pronunciadas o cerca de cursos de agua, lo que aumenta su vulnerabilidad a desastres naturales como inundaciones, deslizamientos de tierra y ciclones. La falta de sistemas de drenaje adecuados, los materiales de construcción de mala calidad y las condiciones de hacinamiento exacerban aún más los riesgos que enfrentan los residentes durante los fenómenos climáticos extremos.
2. Acceso limitado a sistemas de alerta temprana:
Las personas que viven en asentamientos informales a menudo carecen de acceso a sistemas de alerta temprana e información sobre preparación para desastres, lo que les dificulta tomar medidas oportunas para protegerse a sí mismos y a sus familias durante desastres inminentes. Esta falta de conciencia puede resultar en mayores tasas de víctimas, lesiones y desplazamientos.
3. Vivienda e infraestructura inadecuadas:
Las estructuras de vivienda en los asentamientos informales a menudo son improvisadas y están mal construidas, lo que las hace muy vulnerables a daños o derrumbes durante los desastres naturales. Además, la falta de infraestructura básica, como carreteras, puentes e instalaciones sanitarias, obstaculiza la respuesta de emergencia y los esfuerzos de recuperación.
4. Riesgos para la salud:
Los asentamientos informales a menudo carecen de acceso a agua potable, sistemas adecuados de eliminación de desechos y servicios de salud adecuados. Estas condiciones aumentan el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, enfermedades respiratorias y otros problemas de salud, lo que agrava aún más los desafíos que enfrentan los residentes.
5. Marginación Social y Económica:
Las personas que viven en asentamientos informales con frecuencia quedan excluidas de los sistemas económicos y sociales formales. Es posible que tengan empleos precarios, acceso limitado a la educación y la atención sanitaria y, a menudo, sean discriminados. Estos factores les dificultan adaptarse a los impactos del cambio climático e invertir en medidas de resiliencia.
6. Desplazamiento y Reasentamiento:
Los desastres relacionados con el clima pueden provocar desplazamientos y reasentamientos, perturbando las redes sociales, los medios de vida y el acceso a servicios esenciales para las personas que viven en asentamientos informales. Los procesos de reasentamiento a menudo carecen de una planificación adecuada, lo que conduce a una mayor marginación y vulnerabilidad.
Conclusión:
Los mil millones de personas que viven en asentamientos informales enfrentan innumerables desafíos debido a su vulnerabilidad climática. Son los más afectados por los fenómenos meteorológicos extremos, carecen de acceso a sistemas de alerta temprana y soportan riesgos inadecuados de vivienda y salud. Además, la marginación social y económica exacerba su vulnerabilidad y limita su capacidad de adaptarse a los impactos del cambio climático. Para abordar estos desafíos se requieren políticas y estrategias integrales que se centren en mejorar las condiciones de la vivienda, brindar acceso a servicios básicos, fortalecer la resiliencia de las comunidades y garantizar un desarrollo inclusivo y sostenible. Sólo mediante esfuerzos concertados podremos mitigar los riesgos que enfrentan las poblaciones más vulnerables y garantizar una transición justa hacia un futuro resiliente al clima para todos.