Sí , la amabilidad es contagiosa. Los actos bondadosos aumentan el bienestar tanto de quienes realizan el acto como de quienes lo reciben. Se asocia con un aumento de los niveles de serotonina y endorfinas. Las personas que presencian actos de bondad también tienen más probabilidades de realizar ellos mismos actos de bondad. La bondad puede fomentar un sentido de pertenencia e interacciones sociales positivas, creando un efecto dominó que se propaga de persona a persona y de comunidad a comunidad.