La biodiversidad es una medida clave de la salud de cualquier ecosistema y de todo el planeta. Cada organismo en un ecosistema, o bioma, depende de otros organismos y del entorno físico. Por ejemplo, las especies de plantas y animales se necesitan mutuamente como alimento y dependen del medio ambiente para obtener agua y refugio. La biodiversidad describe la variedad que tiene un ecosistema, en términos de recursos y especies, y también genéticamente dentro de las especies. Un ecosistema más diverso tendrá más recursos para ayudarlo a recuperarse de la hambruna, la sequía, las enfermedades o incluso la extinción de una especie. Hay varios niveles de biodiversidad, cada uno indica cuán diversos son los genes, especies y recursos en una región.
Diversidad de especies
Todos los ecosistemas contienen una colección única de especies, todas interactúan entre sí. . Algunos ecosistemas pueden tener muchas más especies que otras. En algunos ecosistemas, una especie ha crecido tanto que domina la comunidad natural. Al comparar la biodiversidad de los ecosistemas, se consideraría que un ecosistema que tiene un gran número de especies, pero ninguna especie que supere en gran medida al resto, tiene la mayor diversidad de especies. Un gran número de especies puede ayudar a un ecosistema a recuperarse de las amenazas ecológicas, incluso si algunas especies se extinguen.
Diversidad genética
La diversidad genética describe qué tan estrechamente relacionados están los miembros de una especie en un determinado ecosistema. En términos simples, si todos los miembros tienen muchos genes similares, la especie tiene baja diversidad genética. Debido a su pequeña población, las especies en peligro pueden tener baja diversidad genética debido a la endogamia. Esto puede representar una amenaza para una población si conduce a la herencia de rasgos indeseables o hace que la especie sea más susceptible a la enfermedad. Tener una gran diversidad genética ayuda a las especies a adaptarse a los entornos cambiantes.
Diversidad de los ecosistemas
Una región puede tener varios ecosistemas, o puede tener uno. Amplias extensiones de océanos o desiertos serían ejemplos de regiones con baja diversidad ecológica. Un área montañosa que tenga lagos, bosques y pastizales tendría una mayor biodiversidad, en este sentido. Una región con varios ecosistemas puede proporcionar más recursos para ayudar a las especies nativas a sobrevivir, especialmente cuando un ecosistema está amenazado por la sequía o la enfermedad.
Diversidad funcional
La forma en que las especies se comportan, obtienen alimentos y utilizar los recursos naturales de un ecosistema se conoce como diversidad funcional. En general, se presume que un ecosistema rico en especies posee una gran diversidad funcional, porque hay muchas especies con muchos comportamientos diferentes. Comprender la diversidad funcional de un ecosistema puede ser útil para los ecologistas que intentan conservarlo o restaurarlo, porque conocer los comportamientos y las funciones de las especies puede indicar lagunas en un ciclo alimentario o nichos ecológicos que carecen de especies.