La mayoría de las personas piensa que las tormentas son fenómenos limitados en términos de tiempo y alcance espacial; por ejemplo, sería inusual ver una tormenta de nieve que cubra la mitad de los Estados Unidos y que dure más de un par de días. Tal no es el caso en el sistema solar, sin embargo. La Gran Mancha Roja de Júpiter representa un sistema de tormentas que ha estado azotando durante cientos de años.
El planeta Júpiter
Júpiter es con mucho el más grande de los ocho planetas del sistema solar. Su diámetro de casi 140,000 kilómetros lo hace aproximadamente 11 veces más ancho que la Tierra. Orbita el sol a una distancia media de 780 millones de kilómetros, colocándolo aproximadamente cinco veces más lejos del sol que la Tierra. A diferencia de la Tierra, es un planeta gaseoso y, por lo tanto, no tiene una superficie sólida sobre la cual pueda aterrizar una nave espacial exploratoria. Tiene una atmósfera que consiste principalmente en hidrógeno y helio, y a partir de 2014 se creía que tenía hasta 67 lunas. (Ref. 3)
Historia de la Gran Mancha Roja
El consenso general entre los astrónomos sostiene hoy que el científico italiano Giovanni Cassini fue la primera persona en observar la Gran Mancha Roja a fines del siglo XVII. Sin embargo, no hay razón para creer que la tormenta comenzó solo cuando los humanos alcanzaron la capacidad de verla por primera vez. Hace aproximadamente 100 años, la tormenta con forma de ojo tenía aproximadamente el doble de su diámetro actual y parece se encoge aún. Si continúa perdiendo tamaño a su velocidad actual, puede volverse circular para 2040. Nadie puede decir cuánto durará la Gran Mancha Roja, o si su contracción representa el final de la "vida" de la tormenta o simplemente una fluctuación normal. (Ref. 2)
Dimensiones de la Tormenta
La Gran Mancha Roja en 2014, aunque es considerablemente más pequeña que su tamaño máximo observado, podría contener entre dos y medio y tres Tierras . Los científicos teorizan que tanto su tamaño como su persistencia extrema se relacionan con el alto calor interno de Júpiter y con el hecho de que, dado que Júpiter carece de masas de tierra, la Gran Mancha Roja siempre permanece, en efecto, sobre un mar, haciéndolo más estable. Las nubes superiores de la tormenta se encuentran aproximadamente ocho kilómetros más altas que las nubes circundantes, y se le impide moverse hacia el norte o hacia el sur mediante un par de corrientes en chorro. (Refs. 1, 2)
Propiedades de la Tormenta
La Gran Mancha Roja es, en esencia, un huracán. Gira en sentido antihorario, haciendo una rotación completa aproximadamente una vez cada seis días terrestres. Las velocidades del viento en sus bordes exteriores alcanzan hasta 432 kilómetros por hora, o aproximadamente 270 millas por hora, más rápido que cualquier viento jamás registrado en la Tierra. Los científicos no están seguros de qué le da a la Gran Mancha Roja su color; la teoría más popular es que una alta concentración de los elementos fósforo y azufre son responsables. El tono varía desde un rojo más oscuro en el medio hasta salmón pálido hacia las afueras. (Ref. 2)