Los tornados son terribles desastres naturales que pueden causar daños masivos. Esto es aún más interesante debido al hecho de que un tornado es simplemente un viento de alta potencia que se transforma en un ciclón. Sin embargo, estos ciclones no solo aparecen al azar. Se necesitan dos tipos específicos de masas de aire para producir un tornado.
Vientos cálidos y húmedos del sur
Los vientos que llegan al norte desde el Golfo de México suelen ser muy húmedos y muy cálidos debido a la el clima del que provienen Estos vientos a menudo soplan hacia el norte en la primavera o al comienzo del verano, dando a esta época del año el nombre de "temporada de tornados". Estos vientos húmedos y cálidos, de donde provengan, son fundamentales para la formación de tornados. Para formar un tornado, un frente de aire que debe estar presente es este tipo de viento pesado y cálido.
Vientos secos y frescos del norte
Durante todo el año, los vientos soplan hacia el sur desde la tundra canadiense para barrer a través del paisaje, encontrando los vientos más cálidos del sur. Estos vientos son más secos y fríos, como resultado del medio ambiente del que provienen. Estos vientos no necesariamente tienen que venir de Canadá, pero tienen que ser más ligeros, más fríos y más secos para ser esenciales para la formación de un tornado.
El efecto
Cuando estos dos las masas de aire se encuentran, los vientos más cálidos y húmedos son empujados hacia arriba por los vientos fríos que se mueven más rápido; el aire más cálido gira en espiral hacia arriba. El viento cálido, a su vez, fuerza al aire más frío y ligero hacia abajo en un ciclo de giro reverencial. Finalmente, los vientos más cálidos se vuelven cada vez más rápidos, lo que resulta en una combinación de estas dos masas de aire en rotación para formar un tornado.