La glucosa proporciona a las plantas los alimentos necesarios a través de un proceso llamado fotosíntesis. Este proceso ayuda a las plantas a convertir la energía que absorben de la luz solar en azúcar para ayudar a nutrir la planta. La fotosíntesis ocurre cuando se combinan dióxido de carbono, agua y luz solar. Las plantas los usan para formar glucosa y oxígeno.
Glucosa en la fotosíntesis
La fotosíntesis en las plantas ocurre cuando una planta obtiene su energía de la luz, típicamente la luz solar. Usando agua y dióxido de carbono del aire circundante, una planta puede convertir estas moléculas en glucosa y oxígeno.
La planta luego libera oxígeno al aire. La glucosa, que en realidad es un azúcar, alimenta a la planta. Hay muchos usos de la glucosa en las plantas. La glucosa ayuda a las plantas a crecer, formar flores y desarrollar frutos. También ayuda a las plantas a desarrollar semillas.
Estructura de hoja de planta
Las hojas de una planta están diseñadas para retener agua. Esa agua luego se combina con dióxido de carbono y luz para formar glucosa para alimentar a la planta. Para ayudar a la planta a retener agua, las hojas tienen una cutícula, una capa protectora similar a la cera que evita que el agua se evapore.
Las hojas también tienen poros diminutos que permiten que la hoja absorba dióxido de carbono. El dióxido de carbono es vital para el proceso de fotosíntesis que la planta necesita para formar glucosa y expulsar oxígeno.
Estos poros de las hojas, llamados estomas, se encuentran en el envés de la hoja. Una vez que la hoja inhala dióxido de carbono, el CO2 se mueve a las células mesofílicas de la hoja. Aquí es donde tiene lugar la fotosíntesis y se forma la glucosa.
Glucosa almacenada
Todo esto sucede cuando hay sol. Por la noche o en invierno, la planta puede almacenar glucosa a través de un proceso llamado respiración celular. La fotosíntesis y la respiración celular son las formas en que las plantas y los árboles pueden permanecer inactivos durante los fríos y oscuros meses de invierno y de noche.
La glucosa almacenada proporciona la energía para ayudar a que florezcan muchos bulbos de primavera. Azafranes, narcisos, jacintos, tulipanes y campanillas dependen de la glucosa para florecer. Las lilas necesitan glucosa para crecer y florecer. Los árboles en flor usan glucosa almacenada para formar sus flores vistosas.
Glucosa y respiración
La glucosa se une con el oxígeno en la respiración. La glucosa y el oxígeno juntos producen energía, lo que ayuda a la planta a prosperar. El dióxido de carbono es un subproducto del proceso de respiración.
Cuando planta una semilla o una planta joven, la etiqueta probablemente dirá qué tan lejos debe estar de las plantas circundantes. Esto se debe a que todas las plantas, como todos los seres vivos, necesitan oxígeno.
Si su planta está sobrepoblada o saturada de agua debido al exceso de lluvia o al mal drenaje del suelo, esto puede dañar o matar su planta. Entonces, las plantas, como las personas, necesitan espacio para tomar oxígeno. Sin embargo, los humanos y otros mamíferos no pueden formar glucosa en sus cuerpos como las plantas. Es por eso que las personas comen plantas que contienen glucosa.
Otros roles para la glucosa
No toda la glucosa se usa para la respiración. Lo que no se necesita para producir energía para la planta se utiliza para muchos otros fines. Las moléculas de glucosa juntas forman celulosa, que construye o agrega fuerza a las paredes celulares.
Las moléculas de glucosa también forman carbohidratos. Cuando se combina con nitratos del suelo, la glucosa formará aminoácidos. Cuando los aminoácidos se unen, forman proteínas. Entonces, piense en la glucosa como una fuente importante de carbohidratos y, en la combinación correcta, como parte de una proteína.
Sin glucosa, las plantas no crecerán ni se reproducirán.
Ritmos circadianos
Las plantas cambian activamente sus ritmos circadianos diarios para que coincidan con el ciclo del día y la noche midiendo la cantidad de azúcares en sus células, según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Bristol y otras cuatro universidades internacionales.
Estos científicos descubrieron que las plantas perciben la glucosa de la fotosíntesis y ajustan sus relojes diarios para mantenerse en sintonía con su entorno. Este control permite que una planta distribuya sus reservas de energía para que no se muera de hambre por la noche. También ayuda a la planta a detectar el cambio en las estaciones.