Los científicos han confirmado un parche masivo de plástico flotante en el Pacífico Sur que dicen que es de 1 millón de millas cuadradas (2,58 millones de kilómetros cuadrados), o 1,5 veces el tamaño de Texas. Si bien eso puede parecer enorme (y lo es), este parche recién descubierto es eclipsado por el Great Pacific Garbage Patch, cuales, según algunas estimaciones, es el doble del tamaño de los Estados Unidos.
Ambos parches se mantienen en su lugar por corrientes submarinas en forma de remolino llamadas giros. En el caso del campo de escombros recién descubierto, diminutas piezas de plástico se arremolinan en el giro del Pacífico Sur, alrededor de 3, 800 millas (6, 115 kilómetros) al oeste de América del Sur. El oceanógrafo estadounidense Charles Moore, fundador de la Fundación de Investigación Marina Algalita, confirmó el campo durante una expedición de seis meses para estudiar la contaminación plástica en el Pacífico Sur. Moore y su equipo hicieron paradas en las Islas Galápagos, Isla de Pascua, Chile y más. Moore también descubrió la Gran Mancha de Basura del Pacífico en el Pacífico Norte mientras navegaba en un yate en la década de 1990.
Si bien la idea de un campo de escombros de plástico en remolino podría evocar imágenes de botellas flotantes, bolsas y otra basura, en realidad es un pantano de cuentas microscópicas y fibras plásticas que han encontrado su camino hacia el océano debido a la actividad humana, incluida la ducha, pesca y blanqueo. Aunque parte del plástico es lo suficientemente grande como para verse a simple vista, incluyendo pedazos de artes de pesca, La acción de las olas y el viento permite que el plástico se mueva a través de un área amplia en la superficie del océano y en toda la parte superior de la columna de agua. Los barcos pueden navegar a través de los giros sin que la gente vea los escombros.
Dado que el plástico tarda más de 400 años en degradarse, no vuelve fácilmente, como el algodón o el papel, a su estado químico original, que el medio ambiente puede absorber y utilizar para alimentar los procesos de la vida. En lugar de, el plástico permanece y contamina, en este caso, los océanos.
La aparición de un segundo campo de plástico en el Pacífico es una mala noticia para las criaturas acuáticas y los humanos. Muchos organismos oceánicos dependen del plancton para sobrevivir. Pero en lugar de ingerir estas diminutas criaturas, muchos mastican el plástico, que absorbe los contaminantes químicos del océano. A medida que estos contaminantes se mueven a través de la cadena alimentaria, pueden causar una variedad de enfermedades humanas, como el cáncer.