1. Selección de parentesco:
La selección de parentesco, formulada por el biólogo W.D. Hamilton en la década de 1960, sugiere que es más probable que los individuos ayuden a sus parientes porque comparten una proporción de genes. Ayudar a parientes cercanos garantiza la propagación del material genético compartido y, por tanto, la ventaja evolutiva.
2. Altruismo recíproco:
Robert Trivers propuso el concepto de altruismo recíproco en 1971, sugiriendo que los comportamientos altruistas pueden ocurrir cuando existe una expectativa de reciprocidad futura. Ayudar a alguien hoy aumenta la probabilidad de que le devuelva el favor cuando sea necesario, mejorando el beneficio mutuo.
3. Reciprocidad indirecta:
Una modificación del altruismo recíproco, la reciprocidad indirecta, postula que terceros pueden observar actos altruistas hacia los individuos, mejorando la reputación de uno. Este sistema de recompensa social fomenta el comportamiento altruista incluso cuando la reciprocidad directa no es inmediata ni esperada.
4. Modelos Evolutivos de Cooperación:
Los modelos de la teoría de juegos, como el dilema del prisionero, ilustran que la cooperación, incluido el altruismo, puede evolucionar como una estrategia ganadora cuando los individuos interactúan repetidamente y consideran los beneficios a largo plazo por encima de las ganancias inmediatas.
5. Altruismo y Fitness:
La teoría del fitness inclusivo sugiere que los individuos podrían comportarse de forma altruista porque les ayuda no sólo a ellos mismos sino también a los individuos con quienes comparten genes o conexiones sociales. Ayudar aumenta la aptitud general del grupo, beneficiando indirectamente al altruista.
Si bien los modelos matemáticos brindan información, comprender la prevalencia del altruismo implica algo más que consideraciones biológicas o económicas. Las normas sociales, los valores culturales, los procesos psicológicos, la empatía emocional y las instituciones sociales contribuyen al complejo fenómeno del altruismo.
Es esencial reconocer que el altruismo no siempre es universalmente beneficioso y en ocasiones puede coexistir con motivos egoístas o presiones sociales. A medida que nuestra comprensión del comportamiento humano evolucione, los futuros modelos matemáticos seguirán refinando nuestra comprensión de la prevalencia del altruismo, reconociendo sus dimensiones biológicas, sociales e incluso culturales.