Uno de los principales desafíos es la valoración de los activos, particularmente aquellos que no cotizan en bolsa ni son fácilmente convertibles en efectivo. Por ejemplo, una parte importante de la riqueza de Musk está ligada a su propiedad de Tesla, Inc., una empresa que cotiza en bolsa. El valor de sus acciones de Tesla puede fluctuar significativamente según las condiciones del mercado y el sentimiento de los inversores.
Otro desafío es el tratamiento de la deuda y los pasivos. Algunas personas ultrarricas pueden tener deudas u obligaciones financieras importantes, lo que puede reducir su patrimonio neto. Sin embargo, puede resultar difícil obtener información precisa sobre las posiciones de deuda de las personas ricas, especialmente si no se les exige que divulguen esta información públicamente.
Además, la definición de "patrimonio neto" puede variar según el contexto y el propósito de la medición. Algunas medidas de patrimonio neto pueden incluir sólo activos tangibles, mientras que otras también pueden incluir activos intangibles como la propiedad intelectual o la marca personal.
Dados estos desafíos y complejidades, es difícil decir con certeza cuándo el mundo podría ver su primer billonario. Sin embargo, está claro que la concentración de la riqueza entre un pequeño número de personas ultrarricas ha ido aumentando en las últimas décadas, y esta tendencia puede continuar en el futuro.