* granito y basalto son rocas ígneas. Esto significa que se forman a partir del enfriamiento y solidificación de la roca fundida (magma o lava).
* Altas temperaturas y presión. El proceso de formación de rocas ígneas implica calor y presión extremas. Estas condiciones son demasiado duras para que los organismos sobrevivan, y mucho menos se conservan como fósiles.
* Los fósiles de índice requieren condiciones específicas. Los fósiles de índice son los restos de organismos que vivieron durante un período de tiempo relativamente corto y estaban muy extendidos geográficamente. Típicamente se encuentran en rocas sedimentarias (como piedra caliza, arenisca y lutita), que se forman a partir de la acumulación y cementación de sedimentos.
Aquí hay una analogía: Imagina que estás tratando de encontrar una concha marina en una estufa caliente. El intenso calor de la estufa se derretiría y destruiría cualquier concha de mar que colocaste sobre él. Del mismo modo, las condiciones extremas de la formación de rocas ígneas destruirían los fósiles preexistentes.
Veamos rocas sedimentarias:
* se forman rocas sedimentarias en capas. Estas capas pueden contener los restos de organismos que vivieron en el entorno donde se acumularon los sedimentos.
* Condiciones para la fosilización: Con el tiempo, estos restos pueden ser enterrados y comprimidos, eventualmente fosilizarse.
* Los fósiles de índice son clave para salir con capas sedimentarias: Al identificar fósiles índice dentro de una capa sedimentaria, los geólogos pueden estimar la edad de esa capa y las rocas a su alrededor.
En resumen: Si bien el granito y el basalto son rocas fascinantes, no son el entorno adecuado para preservar los fósiles. Los fósiles de índice se encuentran en rocas sedimentarias porque se forman en condiciones que permiten la preservación de la vida.