* El tipo de roca original: Las rocas metamórficas se forman cuando las rocas existentes (rocas ígneas, sedimentarias o incluso otras rocas metamórficas) cambian por calor y presión. La textura del rock original influirá en la textura de la roca metamórfica. Por ejemplo, una roca metamórfica formada a partir de una roca sedimentaria lisa y de grano fino también podría ser lisa.
* El grado de metamorfismo: Cuanto mayor sea el calor y la presión, más se transformará la roca. Esto puede provocar cristales más grandes, dando a la roca una superficie más rugosa.
* Los minerales presentes: Algunas rocas metamórficas contienen minerales que son naturalmente suaves (como la mica o el talco), mientras que otras tienen minerales que son ásperos (como cuarzo o feldespato).
* Meteorización y erosión: Como cualquier roca, las rocas metamórficas se pueden resistir y erosionar con el tiempo, lo que lleva a una superficie más suave.
Ejemplos:
* Slate: Una roca metamórfica de grano fino, la pizarra puede ser suave y plana, utilizada para techos y pisos.
* mármol: Una roca metamórfica formada por piedra caliza, el mármol puede tener una superficie lisa y pulida, a menudo utilizada para esculturas y materiales de construcción.
* Gneiss: Una roca metamórfica con una apariencia con bandas, Gneiss puede tener una superficie áspera y desigual.
* esquisto: Una roca metamórfica con una textura escamosa, el esquisto puede tener una superficie rugosa con hojuelas brillantes.
En conclusión, no hay una sola respuesta a si las rocas metamórficas son ásperas o suaves. Su textura depende de la roca original, el grado de metamorfismo, los minerales presentes y los efectos de la meteorización y la erosión.