1. Temperatura: El magma se vuelve menos viscoso (más delgado y más fluido) A medida que aumenta su temperatura. Esto se debe a que el aumento de la energía térmica debilita los enlaces entre el tetraedro de sílice, lo que hace que el magma fluya más fácilmente.
2. Contenido de sílice: El magma se vuelve más viscoso (más grueso y menos fluido) A medida que aumenta su contenido de sílice. Esto se debe a que el tetraedra de sílice se une fácilmente entre sí, formando cadenas largas y redes que resisten el flujo.
Estos dos factores son los principales impulsores de la viscosidad del magma, lo que a su vez influye en cómo estallan los magmas y los tipos de características volcánicas que forman.