1. Sequía: Una sequía severa se apoderó de la región de 1931 a 1939, convirtiendo la capa superior del suelo en polvo seco y suelto. Esta falta de humedad hizo que la tierra fuera altamente susceptible a la erosión del viento.
2. Pasturero excesivo: A principios del siglo XX, la ganadería de ganado se expandió rápidamente a través de las Grandes Llanuras. El pastoreo excesivo por el ganado despojó la capa protectora de hierbas, dejando el suelo expuesto y vulnerable a la erosión del viento.
3. Prácticas agrícolas insostenibles: La Ley de Homestead de 1862 alentó a los colonos a cultivar la tierra, pero muchos usaron prácticas insostenibles como el arado y el monocultivo profundos (plantando solo un cultivo). Estas prácticas destruyeron los sistemas de raíces naturales que mantenían el suelo unido, lo que lo convirtió en propenso a la erosión.
4. Falta de burbujas: Los holchazos, como los árboles y los setos, pueden ayudar a romper la fuerza del viento y evitar la erosión. Sin embargo, muchos colonos despejaron árboles y vegetación, exponiendo aún más el suelo al viento.
5. Cambio climático: Algunos estudios sugieren que el cambio climático jugó un papel en el Dust Bowl, contribuyendo a la sequía y las condiciones climáticas extremas.
Estos factores se combinaron para crear una tormenta perfecta que resultó en el cuenco de polvo, uno de los desastres ecológicos más devastadores de la historia estadounidense.
Es importante recordar que el cuenco del polvo no fue solo un desastre natural, sino también como resultado de elecciones y prácticas humanas. El evento destacó la importancia de la gestión sostenible de la tierra y las devastadoras consecuencias de la cría excesiva y la agricultura insostenible.