Cobertura vegetal reducida: El cultivo excesivo agota los nutrientes y la materia orgánica del suelo, lo que lleva a un menor crecimiento de la vegetación. Esta falta de cobertura vegetal deja el suelo expuesto y vulnerable a la erosión por el viento y el agua.
Estructura débil del suelo: El cultivo continuo sin una adecuada rotación de cultivos y reposición de nutrientes debilita la estructura del suelo. La ausencia de plantas con raíces profundas y una cantidad insuficiente de materia orgánica provocan una mala agregación del suelo, haciéndolo más susceptible a la erosión.
Aumento de escorrentía superficial: Los campos sobrecultivados tienen una mayor tendencia a la escorrentía superficial. Cuando no hay vegetación que absorba la lluvia, el agua se acumula en la superficie y crea un flujo terrestre, llevándose la valiosa capa superior del suelo.
Pérdida de capa superficial del suelo: El efecto combinado de una cubierta vegetal reducida, una estructura débil del suelo y un aumento de la escorrentía superficial conduce a la pérdida de la capa superior del suelo fértil. La capa superficial del suelo es rica en materia orgánica, nutrientes y microorganismos, lo que hace que su pérdida sea perjudicial para la fertilidad y productividad del suelo.
Formación de arroyos y barrancos: El cultivo excesivo puede dar lugar a la formación de riachuelos y barrancos, que son canales formados por la acción erosiva del agua. Estos riachuelos y barrancos se profundizan con el tiempo, exacerbando aún más la erosión del suelo y dañando las tierras agrícolas.
Pérdida de nutrientes: Además de la capa superior del suelo, el cultivo excesivo también provoca la pérdida de nutrientes esenciales para las plantas, como nitrógeno, fósforo y potasio, que son vitales para el crecimiento de los cultivos. Esta pérdida de nutrientes degrada la fertilidad del suelo y reduce el rendimiento de los cultivos.
Impactos fuera del sitio: La erosión del suelo causada por campos sobrecultivados no sólo afecta el área inmediata sino que también puede tener impactos fuera del sitio. Los sedimentos transportados por la escorrentía pueden contaminar los cuerpos de agua, obstruir los sistemas de riego y dañar la infraestructura.
Para superar el problema de la erosión del suelo causada por el cultivo excesivo es necesario implementar prácticas agrícolas sostenibles, como la rotación de cultivos, los cultivos de cobertura, la labranza de conservación y la agricultura en curvas de nivel. Estas prácticas ayudan a restaurar la salud del suelo, mejorar la infiltración del agua y reducir la erosión, asegurando la productividad agrícola a largo plazo y la sostenibilidad ambiental.