1. Temperatura :El metamorfismo ocurre cuando las rocas se someten a temperaturas superiores a aquellas a las que se formaron originalmente. Estas temperaturas elevadas pueden ser causadas por la intrusión de magma en la corteza, la colisión de placas tectónicas o el gradiente geotérmico (el aumento de temperatura con la profundidad en la corteza terrestre).
2. Presión :El metamorfismo también ocurre cuando las rocas se someten a altas presiones. Estas presiones pueden ser generadas por el peso de las capas de roca superpuestas durante el entierro profundo, la compresión de placas tectónicas o las fuerzas asociadas con la actividad volcánica.
3. Líquidos :La presencia de fluidos, como agua o dióxido de carbono, también puede facilitar el metamorfismo. Los fluidos pueden reducir el punto de fusión de las rocas y promover reacciones químicas que transforman los minerales en nuevas formas.
4. Esfuerzo cortante :En algunos casos, la tensión cortante causada por los movimientos de las placas tectónicas también puede contribuir a la metamorfosis de las rocas. Este tipo de estrés puede hacer que los minerales se alineen y formen nuevas texturas y estructuras.
El grado de metamorfosis que se produce depende de la intensidad y duración de estas condiciones. El metamorfismo de bajo grado produce cambios menores en la composición mineral y la textura de las rocas, mientras que el metamorfismo de alto grado puede recristalizar completamente las rocas y formar nuevos minerales que son estables a altas temperaturas y presiones.