Los ejemplos incluyen arenisca, lutita y piedra caliza. Estas rocas están compuestas de trozos más pequeños de otras rocas previamente existentes y, por lo general, no tienen la estructura muy unida de otras rocas. Cuando se exponen a agentes de meteorización como el agua y el viento, estos enlaces débiles entre los pequeños fragmentos se rompen fácilmente, lo que hace que las rocas sedimentarias sean más susceptibles a la erosión.