Los suelos se forman a partir de la erosión de rocas y minerales. El proceso de erosión descompone las rocas y minerales en pedazos más pequeños, que luego son transportados por el agua, el viento o el hielo a otros lugares. A medida que estas piezas se transportan, se descomponen y se mezclan con otros materiales, como la materia orgánica, para formar suelo.