El carbón es una roca sedimentaria que se forma a partir de materia vegetal compactada, como hojas, tallos y raíces. Durante millones de años, esta materia vegetal es sometida a altas presiones y temperaturas, provocando que se transforme en carbón. Los distintos tipos de carbón, como la antracita, el bituminoso y el lignito, vienen determinados por el grado de metamorfismo que se ha producido. El carbón se encuentra principalmente en depósitos subterráneos de carbón llamados lechos de carbón, que pueden variar desde capas delgadas hasta vetas gruesas. Estos lechos de carbón se encuentran a menudo en cuencas sedimentarias y se forman como resultado de la acumulación y entierro de restos de plantas en pantanos y otros humedales a lo largo del tiempo geológico.