*Una nueva investigación sugiere que la atmósfera primitiva de la Tierra era mucho más espesa de lo que se pensaba anteriormente, lo que puede haber ayudado a evitar que el planeta se congelara como Marte.*
Las rocas más antiguas de la Tierra, encontradas en el noroeste de Canadá, tienen aproximadamente 4.200 millones de años. Estas rocas contienen evidencia de una atmósfera primitiva que era mucho más espesa que la atmósfera que tenemos hoy. Esta atmósfera más espesa habría ayudado a atrapar más calor del sol, evitando que la Tierra se congelara.
La investigación, publicada en la revista Nature Geoscience, fue dirigida por la geóloga Elizabeth Bell de la Universidad McGill de Montreal. Bell y su equipo analizaron la composición química de las rocas antiguas y descubrieron que contenían altos niveles de dióxido de carbono y metano. Ambos gases son gases de efecto invernadero, que atrapan el calor en la atmósfera.
Los hallazgos del equipo sugieren que la atmósfera primitiva de la Tierra era aproximadamente 100 veces más espesa de lo que es hoy. Esta atmósfera más espesa habría podido atrapar suficiente calor del sol para mantener caliente la superficie de la Tierra, incluso durante los primeros años de la historia del planeta, cuando el sol era mucho más tenue que hoy.
La atmósfera primitiva de la Tierra también puede haber ayudado a evitar que el planeta experimentara un efecto invernadero descontrolado. Un efecto invernadero desbocado ocurre cuando la atmósfera se vuelve tan espesa con gases de efecto invernadero que atrapa demasiado calor, lo que hace que el planeta se caliente demasiado para que la vida sobreviva.
La atmósfera primitiva de la Tierra finalmente se perdió en el espacio, pero los hallazgos del equipo de investigación sugieren que jugó un papel crucial en el desarrollo del planeta. La atmósfera más espesa ayudó a mantener la Tierra caliente, evitando que se congelara como Marte y permitiendo que la vida evolucionara.
Implicaciones para la búsqueda de vida en otros planetas
Los hallazgos del equipo tienen implicaciones para la búsqueda de vida en otros planetas. Si un planeta tiene una atmósfera espesa y rica en gases de efecto invernadero, es posible que pueda contener agua líquida en su superficie, incluso si el planeta está lejos de su sol. Esto significa que puede haber muchos más planetas habitables en el universo de lo que pensábamos.
Los hallazgos del equipo también sugieren que las atmósferas tempranas de otros planetas pueden haber desempeñado un papel crucial en su desarrollo. La atmósfera primitiva de un planeta puede ayudar a mantenerlo caliente, evitando que se congele y permitiendo que la vida evolucione.