El derrame de petróleo de BP ha creado un entorno peligroso para las ballenas y delfines que viven en el Golfo de México. La espesa marea negra puede interferir con su respiración, alimentación y movimiento. Muchos mamíferos marinos ya están muriendo y los expertos predicen que el número de muertos seguirá aumentando. No está claro si las ballenas y los delfines podrán adaptarse al ambiente aceitoso del Golfo. A corto plazo, pueden evitar zonas donde el petróleo es más espeso. Sin embargo, el petróleo y otros contaminantes pueden persistir en el medio ambiente durante años. Esto podría significar que las ballenas y los delfines que viven en el Golfo estarán expuestos a estas sustancias nocivas durante mucho tiempo. También es posible que algunas ballenas y delfines desarrollen mutaciones genéticas que les ayuden a resistir los efectos de la contaminación por petróleo. Sin embargo, este proceso podría llevar muchas generaciones y no es seguro que tenga éxito. La supervivencia de ballenas y delfines en el Golfo de México es una preocupación crítica. Estos mamíferos marinos desempeñan un papel importante en el ecosistema y también tienen un importante valor cultural y económico. Es esencial tomar medidas para reducir la cantidad de contaminación por petróleo en el Golfo y ayudar a las ballenas y los delfines a adaptarse al entorno cambiante.