Los mosquitos árticos son más abundantes en las zonas costeras del sur y oeste de Groenlandia, particularmente en los fiordos y valles fluviales. Estas áreas experimentan un clima relativamente más cálido en comparación con las partes norte y este de la isla, lo que permite condiciones más adecuadas para la reproducción y supervivencia de los mosquitos. La presencia de abundantes fuentes de agua dulce, como nieve y hielo derretidos, junto con microhábitats protegidos como pastos altos y arbustos, proporcionan caldos de cultivo ideales para los mosquitos. Además, la menor velocidad del viento en estas zonas costeras facilita la dispersión y la búsqueda de alimento de los mosquitos.