Los fósiles más antiguos conocidos son los estromatolitos, que se encuentran en Australia Occidental. Estas estructuras están compuestas de capas de sedimentos que han sido formadas por colonias de cianobacterias. Sin embargo, la naturaleza del proceso de fosilización que formó estas estructuras no estaba del todo clara.
Los investigadores, dirigidos por el Dr. Kazuhito Naruke de la Universidad de Tokio, utilizaron una combinación de experimentos y simulaciones por computadora para investigar cómo las bacterias pueden fosilizarse en aguas termales. Descubrieron que el contenido de sílice en las aguas termales es lo suficientemente alto como para preservar las paredes celulares de sílice de las bacterias, incluso a altas temperaturas.
Además, el equipo descubrió que las aguas termales debieron tener un alto caudal de agua para evitar que la sílice cristalizara y formara minerales distintos al ópalo, que es el mineral que forma los fósiles.
La investigación sugiere que las aguas termales del fondo del océano probablemente fueron el entorno en el que se formaron los fósiles más antiguos, los microfósiles de bacterias, hace unos 3.500 millones de años.