1. Colores estructurales :La piel del pez contiene células especializadas llamadas iridocitos. Estas células están llenas de cristales de guanina, que son muy reflectantes. La disposición y la forma de estos cristales crean una estructura enrejada que actúa como una rejilla de difracción, dividiendo la luz entrante en las longitudes de onda que la componen.
2. Interferencia :A medida que la luz pasa a través de los iridocitos, las diferentes longitudes de onda interfieren entre sí. Dependiendo del ángulo con el que la luz incide sobre la superficie, se refuerzan o anulan diferentes longitudes de onda, lo que da como resultado una iridiscencia similar a la del arco iris.
3. Colores pigmentarios :Además de los colores estructurales, algunas especies de peces pueden tener células pigmentarias reales que contribuyen a su coloración general. Estos pigmentos, como los melanóforos, xantóforos y eritróforos, pueden absorber y reflejar longitudes de onda de luz específicas, mejorando aún más la apariencia general del pez.
Vale la pena señalar que los mecanismos y estructuras exactos responsables de la iridiscencia pueden variar entre las diferentes especies de peces, lo que da lugar a patrones y colores únicos. La combinación de factores estructurales y pigmentarios permite que estos peces transparentes muestren su cautivador brillo de arcoíris.