El Polo Norte está helado porque recibe menos luz solar que el resto del planeta. El eje de la Tierra está inclinado, por lo que el Polo Norte está inclinado en dirección opuesta al Sol durante la mayor parte del año. Esto significa que los rayos del sol inciden en el Polo Norte en un ángulo menor y se extienden sobre un área mayor. Esto da como resultado que se concentre menos energía en el Polo Norte, lo que hace que las temperaturas se mantengan frías.
Además, el Polo Norte está rodeado de hielo y nieve, que reflejan el calor del sol hacia el espacio. Esto contribuye aún más a las frías temperaturas en el Polo Norte.
La temperatura promedio en el Polo Norte es de -34 grados Celsius (-29 grados Fahrenheit). La temperatura más fría jamás registrada en el Polo Norte fue de -51 grados Celsius (-60 grados Fahrenheit).